Al igual que
el arroz, el trigo y el maíz, la AVENA es un cereal. Aunque tradicionalmente se
ha utilizado exclusivamente como alimento para animales, actualmente la avena es un cereal muy
valorado por sus propiedades alimentarias, tanto que en los Estados Unidos
es el cereal más utilizado después del maíz.
Vamos a ver porque una buena dieta prevé comer avena....
La avena es
muy rica en hidratos de carbono, lo que significa que el organismo los absorbe
lentamente, proporcionando eliminar la sensación de hambre. Por otra parte, la
absorción lenta permite un mejor control de los niveles de azúcar, lo que
determina que también las personas diabéticas pueden comer avena.
A principio
del siglo XX fue cuando se introdujo la avena en la dieta alimentaria en forma de copos y
papillas, pero la verdadera revolución dietética empezó en los años 70 del
siglo pasado, cuando las investigaciones del Doctor Anderson del medical college de Kentucky se centraron en analizar como la alimentación rica en fibra
en los países africanos fuera la responsable de la ausencia de enfermedades tan
habituales en occidente como las varices, el estreñimiento, el colesterol o el cáncer
de colon.
La avena posee
un gran contenido de fibra insoluble, muy buena para facilitar el tránsito
intestinal, y de fibra soluble, buena por reducir el colesterol (si se combina
con una alimentación pobre en grasas saturas y en lactosa). Además es un buen
recurso para tratar la acidez y dolores del estómago. Y por último, pero no de
menor importancia, hay que recordar que la avena es muy rica en vitaminas del
grupo B y minerales como hierro, calcio, zinc, sílice, yodo y fósforo. Así que
asumiendo avena se pueden prevenir la calvicie, la gripe, mantener la vista en
buen estado.
Se puede
adquirir fácilmente avena en forma de granos, copos e harina en los mercados o
supermercados.
Por todo el
conjunto de sus propiedades la avena es
un cereal ideal para los deportistas.
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